Yo fui Iron-Man, yo tenía miles de botones e increibles computadoras; conectaba cables donde mis padres solo veian pasto y ramas; construia armaduras con lo que mi mamá decía ser solo lodo y carton; volaba por los aires aunque papá siempre me dijera que no me colgara de las escaleras ni saltara en los sillones.Pero yo podía hacerlo todo.
Yo fui una estrella pop, daba conciertos a personas importantes y tenía mucho dinero; auntografiaba miles de fotos y revistas a sabiendas de que a mis maestros no les gustaba que reyara mis cuadernos; me paraba en un gran escenario y bailaba unto con mi música, el problema es que a mis padres nunca les agrado que saltara en la cama. Pero yo podía hacerlo todo.
Yo fui el mejor chef del mundo, la gente venia de todas partes a probar mis famosas recetas y mi restaurante siempre estaba lleno; mi comida era delisiosa y cada critico que venía a verme lo decía; sin embargo mamá siempre se molesto porque ensusiara los platos, jugara con el cereal y la leche o me dedicara a cortar pan. Pero yo podía hacerlo todo.
Yo fui el mejor arquitecto, construí piramides más altas y monumentales que las de Egipto, y pude hacer represar que contendrian al amazonas por completo; mis proyectos eran los más arriesgaod y tencnologicos aunque nunca comprendía cual era el problema de juntar las cajas de cereal y los rollos de papel de baño, ni que había de malo en que un rio atravesara el jardin, o cual era el proposito de dejar los cojines siempre en su lugar. Pero yo podía hacerlo todo.
yo fui una ninja experta en kunfu y otras artes marciales igual de complicadas, nadie podía superar mi tecnica y no le tenía miedo al peligro; me infiltraba a loos fuertes con mayor protección aunque a mi tía le molestara que me escondiera entre sus macetas; robaba objetos valiosos con facilidad sin importar que mi mamá me regañara por esconderle los lentes a mi abuelo; practicaba cada día para hacer trucos nuevos y meditaba para no escuchar cuando me regañaban por usar las escobas o treparme al techo. Pero yo podía hacerlo todo.
Un día me retaron a subir a un árbol, y como "yo podía hacerlo todo" acepte el reto; tal vez me costo trabajo y me raspe los brazos y los codos, pero al final lo logre y me gane unas papas, que era el premio del reto. Ese día fui muy feliz poruqe supe que en verdad Yo podía hacerlo todo.
Pero en la noche mi padre fue a mi habitación para hablar conmigo, se había enterado de mi pequeña hazaña y se le veía un poco molesto.
-¿Sabes lo peligroso que fue eso? pudiste haberte caido o lastimado, mira como están tus brazos, seguro que se te infectara la raspada, e imaginate si tu mamá te ve arriba de ese árbol, le da un infarto del susto, debes pensar más las cosas-decía ceveramente mientras caminaba de un lado a otro de la habitación
-Pero papá-le dije-Yo puedo hacerlo todo-
él guardo silencio, mi miró con ternura y me dio un beso en la frente, luego se dirigio a la puerta y antes de cerrarla y apagar la luz me dijo-Tienes razon, Tú puedes hacerlo todo, y nunca dejes que nadie te diga lo contrario-
Así que feliz decidi dejar que el sueño me dominara y me dormi profundamente, una sola idea me tranquilizaba aunque me ardieran mis raspadas, ese solo pensamiento que guardaba mi mente me hacia estar feliz: Yo podía hacerlo todo.
30 ene 2013
8 oct 2012
Y lo mejor de todo es que lo soñé
Formaba parte de un grupo de exploradores. Eran tres arqueólogos dos hombres y una mujer, ; un cocinero, un traductor, nuestro patrocinador, sus dos asistentes, Santiago y Kaly Broke; Harry un joven pasante de la universidad y una doctora llamada Helen que era muy delicada. Yo era amiga de el arqueólogo y su asistente personal, en si no era más la que revisaba sus cuentas, organizaba sus agenda y trataba de mantener limpia su casa, ademas de recoger la tintorería.
Nuestro patrocinador era un joven excentrico y millonario, apenas tenía veinte años pero había heredado una cuantiosa herencia que junto con intereses y algunos negocios que se dedico a hacer le habían hecho multimillonario de la noche a la mañana. Eso y su fanatismo por Indiana Jones y peliculas de cruzadas y tesoros perdidos le hizo buscar a tres arqueólogos que quisieran embarcarse en una misteriosa búsqueda con un pergamino como mapa que decía la ubicación exacta de un objeto muy pequeño pero, según el pergamino, muy poderoso.
Ese viaje fue el resultado de mi primer error que fue dejarlo conservar el pergamino, hace unos años hubiera sido más facil quemarlo o esconderlo donde jamas lo buscaran; pero obviamente era inexperta y crei que la inundación sería suficiente, ahora me doy cuenta de que no fue así, pues no solo el pergamino sobrevivio, tambien la arqueologa y el traductor se salvaron, por razones que desconozco tuvieron un hijo y ahora el quería terminar lo que sus padres empezaron.
Aún recuerdo ese año, fue la primera vez que yo salía en una misión de esa clase y me sentía muy honrada, trate de ser lo más cuidadosa que se podía y la mayor parte del plan salío sin contratiempos; claro que lo del pergamino fue porque no se me paso por la cabeza que la gente podía ser a veces muy precavida, y por otro lado no contaba con que el traductor supiera nadar.
Ese viaje inició con la llegada del equipo y mi contratación como traductora , tenía apenas doce años pero ya hablaba cinco idiomas, aunque ellos solo sabían que hablaba dos, pero aun así fue una gran ayuda el no pedir un gran sueldo. No recuerdo muchos detalles de la travesía, pero aún tengo grabado en la mente la cara de los expedicionistas al ver la biblioteca y mis nervios por la posibilidad de que vieran la entrada. El problema se desato cuando el polvo aluicinojeno que estaba en los libros no hizo su efecto porque ya tenía mucho tiempo, se supone que los libros donde se encontraba ese polvo descansaban en una e las mesas de forma tentadora para que todos los examinaran; lo del polvo no fue culpa mía, sin embargo en seguida me di cuenta de que algo andaba mal cuando llegó la noche y todos seguín en su juicio, sin ver elefantes rosas o tener intenciones de volar como pájaro. La peor sorpresa fue a la mañana siguiente cuando encontraron la trampilla en el piso, por suerte no tenía equipo de buceo para entrar por que la trampilla daba como a una cueva llena de agua, aún así no querían quedarse con la ganas de bajar a investigar; lo de la trampilla tampoco fue mi culpa, eso le tocaba a mis superiores que por cierto ni notaron que los arqueólogos la habían encontrado, y hay que admitirlo esas personas sabían lo que hacían y eran muy buenos en su trabajo, no dañaron nada ni dejaron huellas de su trabajo; por eso tuve que hacer que un mono se atorara dentro de uno de los jeeps para crear una distracción.
En cuanto vi que nadie me prestaba atención me metí por la trampilla directo al agua, y todo mi cuerpo sintió un consuelo al momento en el que el frío liquido me recorría la piel pues mi ropa me aclaroraba, era como un traje árabe y estaba cubierta de pies a cabeza, así se escondía mi cabello y las marcas en mi cuerpo, pero eso es otra historia, el punto aquí es que después de respirar y disfrutar del agua me sumergí para encontrar el pasaje que llevaba a la entrada de la ciudad; cuando al fin el agua comenzó a disminuir subí por unas escaleras talladas en la roca, me encontraba en una encrucijada de veinte pasillos diferentes que parecían iguales y totalmente obscuros, eso lo conocía de memoria así que no dude en pasar por el pasillo número cuatro de izquierda a derecha y seguir con mi camino aunque no hubiera ni rastro de luz, camine rápido por lo que parecía obscuridad completa pero al fin se puso claro y llegue al salón donde estaban las diferentes puertas que conducían a varios lugares de la cuidad; el guardia que me recibio me ayudo a quitarme la ropa que traía mojada, suerte que abajo se encontraba mi vestido amarillo a prueba de agua porque así no tendría que cambiarme; me arregle el cabello y pedí permiso para ver al consejal, supongo que mi cara se veía llena de preocupación porque el guardia no se molesto en preguntarme para que quería la audiencia y se limito a ponerme una flor en el cabello, eso para las mujeres de mi ciudad era simbolo de que eramos solteras, y después de eso piso una piedra en el suelo y está activo los tres escalones que conducian hacía una puerta se separaron de la pared y dieron pasó a una entrada que conducia hacía abajo.
seguí mi camino y llegué a la sala donde el consejal esperaba; otra chica llegó en ese momento y se inclinó ante la silla del consejal, yo me puse a un lado de ella e hice lo mismo; el consejal la dio la palabra a la otra chica y esta expuso su caso, algo acerca de un ladrón que había saqueado varias casa, luego el consejal escribió algo en un pergamino y se lo dio a la chica con instrucciones para ser entregado, finalmente la chica salio y llegó mi turno de hablar y solo tuve que decir cuatro palabras : han descubierto la entrada.
El consejal se levanto y comenzó a dar ordenes a los guardias para que el problema se solucionara.
Cuando yo salí mi equipo tenía problemas con unos bandidos que los acorralaron en unas ruinas que creaban una especie de fosa; yo solo tuve que tirar de una palanca y la compuerta se abrió, ese era para lo que se había construido esas falsas ruinas, un pasaje dejaba correr el agua desde la presa construida más arriba y todos los que estuvieran en la construcción pasarían a mejor vida. Pero no fue así, sin saber como el traductor y una de las arqueólogas sobrevivieron y conservaron el pergamino, regresaron a la civilización y tuvieron un hijo que ahora se encargaba de termina lo que sus padres habían empezado.
EL arqueólogo para el que trabajaba se llamaba Leonardo Gress; no estaba casado pero tenía una amiga que vivía con él desde que iban a la universidad, la mujer se llamaba Catlyn y aunque no existia ningun romance visible entre ellos, yo sabía por pura intuición que ambos se deseaban uno al otro e incluso podían llegar a parecer esposos, ya sea por su forma de tratarse o por como llegaban a tratarme, pero cada que nos presentábamos en alguna reunión nos creían familia.
Yo llevaba un par de meses como su asistente personal y me había encargado de que su trabajo sobresaliera en varias revistas con el fin de llamar la atención del dueño del pergamino; aunque Leonardo ya era importante en varios institutos, pero la fama no era lo suyo y si quería conseguir el pergamino lo que necesitaba era un arqueólogo famoso, aunque no fuera muy rico, claro que la excentricidad era lo suyo y no fue feliz en ningún departamento hasta que encontró un petnhouse de renta baja, donde todo era muy antiguo y daba el aspecto de terrorífico, pero supo iluminar bien los espacios y Catlyn y yo podíamos estar ahí tranquilas.
Como su asistente personal tenía el control de su correo electrónico y esa fue la ayuda que necesitaba para llegar al pergamino. Todos los días en la página de arqueología del instituto donde Leonardo trabajaba se ponían anuncios, así que en todo momento vigilaba la página en busca de algún indicio, cuando apareció Saqr Indar, el joven millonario y actual poseedor del pergamino; el solicitaba un traductor de símbolos mayas y alguien que fuera experto en las culturas de Sudamérica el anuncio pedía con urgencia la traducción del pergamino e incluía la foto de la parte superior de esté, claro que nadie le explico al joven que el pergamino tenía de maya lo que el pacifico tiene de dulce, pero aun así le mande la respuesta a sus solicitud desde el correo de Leonardo junto con su curricular; Indar quedo encantado con la información y se contacto con Leonardo por teléfono y esté se puso tan feliz por la propuesta que nos llevó a cena a Catlyn y a mi para celebrar y agradecerme el favor.
El resto fue pan comido; Indar y Leonardo se citaron para hablar y así llegaron al contrato, luego Leonardo tradujo el pergamino para Indar y en seguida llegaron a la fecha para el viaje; yo no tuve que encargarme de gran cosa porque Indar era muy desconfiado y no quiso que nadie moviera nada sin su concentimiento, asi que él se tomo el trabajo de llenar formulas y sacar permisos, incluso él mismo compro los boletos y mando el taxi a nuestro edificio a recogernos. Al verme librada de todo ese papeleo pude tomarme buen tiempo para preparar nuestro equipaje y dejar varia instrucciones para Catlyn que incluían el pago de la luz y la comida para "pato", el pez japones con sobrepeso que ocupaba una enorme pesera llena de corales en el estudio, pero en mi opinión tenía muchas suerte o mucha fuerza para sobrevivir a Leonardo pues no había conocido a una persona más olvidadiza que él.
Mi maleta no era la gran cosa ya que me habían enseñado desde muy pequeña a cargar solo con lo necesario así que preferí cargarla en la silla de mi caballo con lo que disminuía la carga de las mulas que tenían el resto del equipaje pues ya con las maletas de la doctora era más que suficiente
. Por si fuera poco, Helen, la doctora, no dejaba de quejarse por el clima y los insectos, con lo que me hacía comenzar a perder los estribos.
-Hubiéramos venido en septiembre, así los insectos no nos atacarían-decía con su tono meloso que tanto me irritaba
-No porque en septiembre el clima varia mucho-trataba de explicar el otro arqueólogo
-Entonces en diciembre, así siempre habría frió y ese sería el único problema- volvía a reclamar y yo contaba hasta diez mentalmente para calmarme y evitar que me lanzara sobre su cuello y la estrangulara, y es que después de cuatro días así ya no solo me enojaba, ahora también tenía intenciones de colgarla de los pies y torturarla.
Por fin llegamos a la primera marca y las quejas cesaron.
La marca era en si una enorme piedra circular medio tapada por un árbol q poco a poco había crecido encima; tenía un único grabado q representaba una espiral de cuatro círculos lo que significaba q justo por debajo se encontraba un rio subterráneo sagrado y no se podía escavar ahí. Claro q los arqueólogos no tenían idea y en cuanto llegamos se pusieron a tomar fotos, sacar medidas, tomar muestras y un montón de cosas que hacen los humanos; Indar prefirió explorar la zona, su camisa blanca se le pegaba al cuerpo a causa del sudor y se veían el contorno de sus musculos, supongo que para Kelly eso era atractivo, pero a mi me causaba cierta consternación ver como un hombre cuidaba tanto de su aspecto; la doctora por su parte prefirió retocar su maquillaje, otra costumbre que me parecía totalmente absurda, pero por otro lado eso la mantenía callada y no iba a permitir que nada la distrajera si con eso cesaban las quejas. El cocinero decidío q era momento de un almuerzo y empezó a sacar panes y especias, la verdad ese cocinero me asombraba, parecía poder sacar una comida deliciosa incluso de una piedra; por él tampoco me iba a preocupar, y Kelly y santiago estaban muy interesados en el descubrimiento de la marca para necesitar de mi atención;el único que me tenía consternada era el traductor, era un hombre muy rudo que parecía criado en la selva por lobos, su cara estaba llena de cicatrices y tenía una mirada muy extraña, vestia como si con su atuendo tratara de mezclarse con la selva: pantalón cafe tierra, camisa café y una chamarra camuflageada; sin embargo no era su apariencia lo que me desconcertaba, si no su manera de hablar, era como si fingiera su voz todo el tiempo, y yo sabía bastante de actuación para notar su falso acento latino y parecía que se le escapaban unas expresiones en frances; pero ahora él estaba muy interesado en el árbol que cubria la piedra y en todo lo que hacían los antropologos que no se percato de mi presencia.
Amarre mi caballo a una rama y me aleje un poco hacía el lado contrario de la piedra, tenía intenciones de llamar a alguien de mi pueblo, es un método muy sencillo pero efectivo, consiste en encontrar un árbol al que solemos llamar "árbol telefono" porque si golpeas su corteza se escucha el sonido por varios kilometros; sin embargo cuando encontré el árbol una voz me habló.
Nuestro patrocinador era un joven excentrico y millonario, apenas tenía veinte años pero había heredado una cuantiosa herencia que junto con intereses y algunos negocios que se dedico a hacer le habían hecho multimillonario de la noche a la mañana. Eso y su fanatismo por Indiana Jones y peliculas de cruzadas y tesoros perdidos le hizo buscar a tres arqueólogos que quisieran embarcarse en una misteriosa búsqueda con un pergamino como mapa que decía la ubicación exacta de un objeto muy pequeño pero, según el pergamino, muy poderoso.
Ese viaje fue el resultado de mi primer error que fue dejarlo conservar el pergamino, hace unos años hubiera sido más facil quemarlo o esconderlo donde jamas lo buscaran; pero obviamente era inexperta y crei que la inundación sería suficiente, ahora me doy cuenta de que no fue así, pues no solo el pergamino sobrevivio, tambien la arqueologa y el traductor se salvaron, por razones que desconozco tuvieron un hijo y ahora el quería terminar lo que sus padres empezaron.
Aún recuerdo ese año, fue la primera vez que yo salía en una misión de esa clase y me sentía muy honrada, trate de ser lo más cuidadosa que se podía y la mayor parte del plan salío sin contratiempos; claro que lo del pergamino fue porque no se me paso por la cabeza que la gente podía ser a veces muy precavida, y por otro lado no contaba con que el traductor supiera nadar.
Ese viaje inició con la llegada del equipo y mi contratación como traductora , tenía apenas doce años pero ya hablaba cinco idiomas, aunque ellos solo sabían que hablaba dos, pero aun así fue una gran ayuda el no pedir un gran sueldo. No recuerdo muchos detalles de la travesía, pero aún tengo grabado en la mente la cara de los expedicionistas al ver la biblioteca y mis nervios por la posibilidad de que vieran la entrada. El problema se desato cuando el polvo aluicinojeno que estaba en los libros no hizo su efecto porque ya tenía mucho tiempo, se supone que los libros donde se encontraba ese polvo descansaban en una e las mesas de forma tentadora para que todos los examinaran; lo del polvo no fue culpa mía, sin embargo en seguida me di cuenta de que algo andaba mal cuando llegó la noche y todos seguín en su juicio, sin ver elefantes rosas o tener intenciones de volar como pájaro. La peor sorpresa fue a la mañana siguiente cuando encontraron la trampilla en el piso, por suerte no tenía equipo de buceo para entrar por que la trampilla daba como a una cueva llena de agua, aún así no querían quedarse con la ganas de bajar a investigar; lo de la trampilla tampoco fue mi culpa, eso le tocaba a mis superiores que por cierto ni notaron que los arqueólogos la habían encontrado, y hay que admitirlo esas personas sabían lo que hacían y eran muy buenos en su trabajo, no dañaron nada ni dejaron huellas de su trabajo; por eso tuve que hacer que un mono se atorara dentro de uno de los jeeps para crear una distracción.
En cuanto vi que nadie me prestaba atención me metí por la trampilla directo al agua, y todo mi cuerpo sintió un consuelo al momento en el que el frío liquido me recorría la piel pues mi ropa me aclaroraba, era como un traje árabe y estaba cubierta de pies a cabeza, así se escondía mi cabello y las marcas en mi cuerpo, pero eso es otra historia, el punto aquí es que después de respirar y disfrutar del agua me sumergí para encontrar el pasaje que llevaba a la entrada de la ciudad; cuando al fin el agua comenzó a disminuir subí por unas escaleras talladas en la roca, me encontraba en una encrucijada de veinte pasillos diferentes que parecían iguales y totalmente obscuros, eso lo conocía de memoria así que no dude en pasar por el pasillo número cuatro de izquierda a derecha y seguir con mi camino aunque no hubiera ni rastro de luz, camine rápido por lo que parecía obscuridad completa pero al fin se puso claro y llegue al salón donde estaban las diferentes puertas que conducían a varios lugares de la cuidad; el guardia que me recibio me ayudo a quitarme la ropa que traía mojada, suerte que abajo se encontraba mi vestido amarillo a prueba de agua porque así no tendría que cambiarme; me arregle el cabello y pedí permiso para ver al consejal, supongo que mi cara se veía llena de preocupación porque el guardia no se molesto en preguntarme para que quería la audiencia y se limito a ponerme una flor en el cabello, eso para las mujeres de mi ciudad era simbolo de que eramos solteras, y después de eso piso una piedra en el suelo y está activo los tres escalones que conducian hacía una puerta se separaron de la pared y dieron pasó a una entrada que conducia hacía abajo.
seguí mi camino y llegué a la sala donde el consejal esperaba; otra chica llegó en ese momento y se inclinó ante la silla del consejal, yo me puse a un lado de ella e hice lo mismo; el consejal la dio la palabra a la otra chica y esta expuso su caso, algo acerca de un ladrón que había saqueado varias casa, luego el consejal escribió algo en un pergamino y se lo dio a la chica con instrucciones para ser entregado, finalmente la chica salio y llegó mi turno de hablar y solo tuve que decir cuatro palabras : han descubierto la entrada.
El consejal se levanto y comenzó a dar ordenes a los guardias para que el problema se solucionara.
Cuando yo salí mi equipo tenía problemas con unos bandidos que los acorralaron en unas ruinas que creaban una especie de fosa; yo solo tuve que tirar de una palanca y la compuerta se abrió, ese era para lo que se había construido esas falsas ruinas, un pasaje dejaba correr el agua desde la presa construida más arriba y todos los que estuvieran en la construcción pasarían a mejor vida. Pero no fue así, sin saber como el traductor y una de las arqueólogas sobrevivieron y conservaron el pergamino, regresaron a la civilización y tuvieron un hijo que ahora se encargaba de termina lo que sus padres habían empezado.
EL arqueólogo para el que trabajaba se llamaba Leonardo Gress; no estaba casado pero tenía una amiga que vivía con él desde que iban a la universidad, la mujer se llamaba Catlyn y aunque no existia ningun romance visible entre ellos, yo sabía por pura intuición que ambos se deseaban uno al otro e incluso podían llegar a parecer esposos, ya sea por su forma de tratarse o por como llegaban a tratarme, pero cada que nos presentábamos en alguna reunión nos creían familia.
Yo llevaba un par de meses como su asistente personal y me había encargado de que su trabajo sobresaliera en varias revistas con el fin de llamar la atención del dueño del pergamino; aunque Leonardo ya era importante en varios institutos, pero la fama no era lo suyo y si quería conseguir el pergamino lo que necesitaba era un arqueólogo famoso, aunque no fuera muy rico, claro que la excentricidad era lo suyo y no fue feliz en ningún departamento hasta que encontró un petnhouse de renta baja, donde todo era muy antiguo y daba el aspecto de terrorífico, pero supo iluminar bien los espacios y Catlyn y yo podíamos estar ahí tranquilas.
Como su asistente personal tenía el control de su correo electrónico y esa fue la ayuda que necesitaba para llegar al pergamino. Todos los días en la página de arqueología del instituto donde Leonardo trabajaba se ponían anuncios, así que en todo momento vigilaba la página en busca de algún indicio, cuando apareció Saqr Indar, el joven millonario y actual poseedor del pergamino; el solicitaba un traductor de símbolos mayas y alguien que fuera experto en las culturas de Sudamérica el anuncio pedía con urgencia la traducción del pergamino e incluía la foto de la parte superior de esté, claro que nadie le explico al joven que el pergamino tenía de maya lo que el pacifico tiene de dulce, pero aun así le mande la respuesta a sus solicitud desde el correo de Leonardo junto con su curricular; Indar quedo encantado con la información y se contacto con Leonardo por teléfono y esté se puso tan feliz por la propuesta que nos llevó a cena a Catlyn y a mi para celebrar y agradecerme el favor.
El resto fue pan comido; Indar y Leonardo se citaron para hablar y así llegaron al contrato, luego Leonardo tradujo el pergamino para Indar y en seguida llegaron a la fecha para el viaje; yo no tuve que encargarme de gran cosa porque Indar era muy desconfiado y no quiso que nadie moviera nada sin su concentimiento, asi que él se tomo el trabajo de llenar formulas y sacar permisos, incluso él mismo compro los boletos y mando el taxi a nuestro edificio a recogernos. Al verme librada de todo ese papeleo pude tomarme buen tiempo para preparar nuestro equipaje y dejar varia instrucciones para Catlyn que incluían el pago de la luz y la comida para "pato", el pez japones con sobrepeso que ocupaba una enorme pesera llena de corales en el estudio, pero en mi opinión tenía muchas suerte o mucha fuerza para sobrevivir a Leonardo pues no había conocido a una persona más olvidadiza que él.
Mi maleta no era la gran cosa ya que me habían enseñado desde muy pequeña a cargar solo con lo necesario así que preferí cargarla en la silla de mi caballo con lo que disminuía la carga de las mulas que tenían el resto del equipaje pues ya con las maletas de la doctora era más que suficiente
. Por si fuera poco, Helen, la doctora, no dejaba de quejarse por el clima y los insectos, con lo que me hacía comenzar a perder los estribos.
-Hubiéramos venido en septiembre, así los insectos no nos atacarían-decía con su tono meloso que tanto me irritaba
-No porque en septiembre el clima varia mucho-trataba de explicar el otro arqueólogo
-Entonces en diciembre, así siempre habría frió y ese sería el único problema- volvía a reclamar y yo contaba hasta diez mentalmente para calmarme y evitar que me lanzara sobre su cuello y la estrangulara, y es que después de cuatro días así ya no solo me enojaba, ahora también tenía intenciones de colgarla de los pies y torturarla.
Por fin llegamos a la primera marca y las quejas cesaron.
La marca era en si una enorme piedra circular medio tapada por un árbol q poco a poco había crecido encima; tenía un único grabado q representaba una espiral de cuatro círculos lo que significaba q justo por debajo se encontraba un rio subterráneo sagrado y no se podía escavar ahí. Claro q los arqueólogos no tenían idea y en cuanto llegamos se pusieron a tomar fotos, sacar medidas, tomar muestras y un montón de cosas que hacen los humanos; Indar prefirió explorar la zona, su camisa blanca se le pegaba al cuerpo a causa del sudor y se veían el contorno de sus musculos, supongo que para Kelly eso era atractivo, pero a mi me causaba cierta consternación ver como un hombre cuidaba tanto de su aspecto; la doctora por su parte prefirió retocar su maquillaje, otra costumbre que me parecía totalmente absurda, pero por otro lado eso la mantenía callada y no iba a permitir que nada la distrajera si con eso cesaban las quejas. El cocinero decidío q era momento de un almuerzo y empezó a sacar panes y especias, la verdad ese cocinero me asombraba, parecía poder sacar una comida deliciosa incluso de una piedra; por él tampoco me iba a preocupar, y Kelly y santiago estaban muy interesados en el descubrimiento de la marca para necesitar de mi atención;el único que me tenía consternada era el traductor, era un hombre muy rudo que parecía criado en la selva por lobos, su cara estaba llena de cicatrices y tenía una mirada muy extraña, vestia como si con su atuendo tratara de mezclarse con la selva: pantalón cafe tierra, camisa café y una chamarra camuflageada; sin embargo no era su apariencia lo que me desconcertaba, si no su manera de hablar, era como si fingiera su voz todo el tiempo, y yo sabía bastante de actuación para notar su falso acento latino y parecía que se le escapaban unas expresiones en frances; pero ahora él estaba muy interesado en el árbol que cubria la piedra y en todo lo que hacían los antropologos que no se percato de mi presencia.
Amarre mi caballo a una rama y me aleje un poco hacía el lado contrario de la piedra, tenía intenciones de llamar a alguien de mi pueblo, es un método muy sencillo pero efectivo, consiste en encontrar un árbol al que solemos llamar "árbol telefono" porque si golpeas su corteza se escucha el sonido por varios kilometros; sin embargo cuando encontré el árbol una voz me habló.
La máscara de la muerte roja, cuento de Edgar Allan Poe
La Muerte Roja había devastado el país durante largo tiempo. Jamás una peste había sido tan fatal y tan espantosa. La sangre era encarnación y su sello: el rojo y el horror de la sangre. Comenzaba con agudos dolores, un vértigo repentino, y luego los poros sangraban y sobrevenía la muerte. Las manchas escarlata en el cuerpo y la cara de la víctima eran el bando de la peste, que la aislaba de toda ayuda y de toda simpatía, y la invasión, progreso y fin de la enfermedad se cumplían en media hora.
Pero el príncipe Próspero era feliz, intrépido y sagaz. Cuando sus dominios quedaron semidespoblados llamó a su lado a mil caballeros y damas de su corte, y se retiró con ellos al seguro encierro de una de sus abadías fortificadas. Era ésta de amplia y magnífica construcción y había sido creada por el excéntrico aunque majestuoso gusto del príncipe. Una sólida y altísima muralla la circundaba. Las puertas de la muralla eran de hierro. Una vez adentro, los cortesanos trajeron fraguas y pesados martillos y soldaron los cerrojos. Habían resuelto no dejar ninguna vía de ingreso o de salida a los súbitos impulsos de la desesperación o del frenesí. La abadía estaba ampliamente aprovisionada. Con precauciones semejantes, los cortesanos podían desafiar el contagio. Que el mundo exterior se las arreglara por su cuenta; entretanto era una locura afligirse. El príncipe había reunido todo lo necesario para los placeres. Había bufones, improvisadores, bailarines y músicos; había hermosura y vino. Todo eso y la seguridad estaban del lado de adentro. Afuera estaba la Muerte Roja.
Al cumplirse el quinto o sexto mes de su reclusión, y cuando la peste hacía los más terribles estragos, el príncipe Próspero ofreció a sus mil amigos un baile de máscaras de la más insólita magnificencia.
Aquella mascarada era un cuadro voluptuoso, pero permitan que antes les describa los salones donde se celebraba. Eran siete -una serie imperial de estancias-. En la mayoría de los palacios, la sucesión de salones forma una larga galería en línea recta, pues las dobles puertas se abren hasta adosarse a las paredes, permitiendo que la vista alcance la totalidad de la galería. Pero aquí se trataba de algo muy distinto, como cabía esperar del amor del príncipe por lo extraño. Las estancias se hallaban dispuestas con tal irregularidad que la visión no podía abarcar más de una a la vez. Cada veinte o treinta metros había un brusco recodo, y en cada uno nacía un nuevo efecto. A derecha e izquierda, en mitad de la pared, una alta y estrecha ventana gótica daba a un corredor cerrado que seguía el contorno de la serie de salones. Las ventanas tenían vitrales cuya coloración variaba con el tono dominante de la decoración del aposento. Si, por ejemplo, la cámara de la extremidad oriental tenía tapicerías azules, vívidamente azules eran sus ventanas. La segunda estancia ostentaba tapicerías y ornamentos purpúreos, y aquí los vitrales eran púrpura. La tercera era enteramente verde, y lo mismo los cristales. La cuarta había sido decorada e iluminada con tono naranja; la quinta, con blanco; la sexta, con violeta. El séptimo aposento aparecía completamente cubierto de colgaduras de terciopelo negro, que abarcaban el techo y la paredes, cayendo en pliegues sobre una alfombra del mismo material y tonalidad. Pero en esta cámara el color de las ventanas no correspondía a la decoración. Los cristales eran escarlata, tenían un color de sangre.
A pesar de la profusión de ornamentos de oro que aparecían aquí y allá o colgaban de los techos, en aquellas siete estancias no había lámparas ni candelabros. Las cámaras no estaban iluminadas con bujías o arañas. Pero en los corredores paralelos a la galería, y opuestos a cada ventana, se alzaban pesados trípodes que sostenían un ígneo brasero cuyos rayos se proyectaban a través de los cristales teñidos e iluminaban brillantemente cada estancia. Producían en esa forma multitud de resplandores tan vivos como fantásticos. Pero en la cámara del poniente, la cámara negra, el fuego que a través de los cristales de color de sangre se derramaba sobre las sombrías colgaduras, producía un efecto terriblemente siniestro, y daba una coloración tan extraña a los rostros de quienes penetraban en ella, que pocos eran lo bastante audaces para poner allí los pies. En este aposento, contra la pared del poniente, se apoyaba un gigantesco reloj de ébano. Su péndulo se balanceaba con un resonar sordo, pesado, monótono; y cuando el minutero había completado su circuito y la hora iba a sonar, de las entrañas de bronce del mecanismo nacía un tañido claro y resonante, lleno de música; mas su tono y su énfasis eran tales que, a cada hora, los músicos de la orquesta se veían obligados a interrumpir momentáneamente su ejecución para escuchar el sonido, y las parejas danzantes cesaban por fuerza sus evoluciones; durante un momento, en aquella alegre sociedad reinaba el desconcierto; y, mientras aún resonaban los tañidos del reloj, era posible observar que los más atolondrados palidecían y los de más edad y reflexión se pasaban la mano por la frente, como si se entregaran a una confusa meditación o a un ensueño. Pero apenas los ecos cesaban del todo, livianas risas nacían en la asamblea; los músicos se miraban entre sí, como sonriendo de su insensata nerviosidad, mientras se prometían en voz baja que el siguiente tañido del reloj no provocaría en ellos una emoción semejante. Mas, al cabo de sesenta y tres mil seiscientos segundos del Tiempo que huye, el reloj daba otra vez la hora, y otra vez nacían el desconcierto, el temblor y la meditación.
Pese a ello, la fiesta era alegre y magnífica. El príncipe tenía gustos singulares. Sus ojos se mostraban especialmente sensibles a los colores y sus efectos. Desdeñaba los caprichos de la mera moda. Sus planes eran audaces y ardientes, sus concepciones brillaban con bárbaro esplendor. Algunos podrían haber creído que estaba loco. Sus cortesanos sentían que no era así. Era necesario oírlo, verlo y tocarlo para tener la seguridad de que no lo estaba. El príncipe se había ocupado personalmente de gran parte de la decoración de las siete salas destinadas a la gran fiesta, su gusto había guiado la elección de los disfraces.
Grotescos eran éstos, a no dudarlo. Reinaba en ellos el brillo, el esplendor, lo picante y lo fantasmagórico. Veíanse figuras de arabesco, con siluetas y atuendos incongruentes, veíanse fantasías delirantes, como las que aman los locos. En verdad, en aquellas siete cámaras se movía, de un lado a otro, una multitud de sueños. Y aquellos sueños se contorsionaban en todas partes, cambiando de color al pasar por los aposentos, y haciendo que la extraña música de la orquesta pareciera el eco de sus pasos.
Mas otra vez tañe el reloj que se alza en el aposento de terciopelo. Por un momento todo queda inmóvil; todo es silencio, salvo la voz del reloj. Los sueños están helados, rígidos en sus posturas. Pero los ecos del tañido se pierden -apenas han durado un instante- y una risa ligera, a medias sofocada, flota tras ellos en su fuga. Otra vez crece la música, viven los sueños, contorsionándose al pasar por las ventanas, por las cuales irrumpen los rayos de los trípodes. Mas en la cámara que da al oeste ninguna máscara se aventura, pues la noche avanza y una luz más roja se filtra por los cristales de color de sangre; aterradora es la tiniebla de las colgaduras negras; y, para aquél cuyo pie se pose en la sombría alfombra, brota del reloj de ébano un ahogado resonar mucho más solemne que los que alcanzan a oír las máscaras entregadas a la lejana alegría de las otras estancias.
Congregábase densa multitud en estas últimas, donde afiebradamente latía el corazón de la vida. Continuaba la fiesta en su torbellino hasta el momento en que comenzaron a oírse los tañidos del reloj anunciando la medianoche. Calló entonces la música, como ya he dicho, y las evoluciones de los que bailaban se interrumpieron; y como antes, se produjo en todo una cesacion angustiosa. Mas esta vez el reloj debía tañer doce campanadas, y quizá por eso ocurrió que los pensamientos invadieron en mayor número las meditaciones de aquellos que reflexionaban entre la multitud entregada a la fiesta. Y quizá también por eso ocurrió que, antes de que los últimos ecos del carrillón se hubieran hundido en el silencio, muchos de los concurrentes tuvieron tiempo para advertir la presencia de una figura enmascarada que hasta entonces no había llamado la atención de nadie. Y, habiendo corrido en un susurro la noticia de aquella nueva presencia, alzóse al final un rumor que expresaba desaprobación, sorpresa y, finalmente, espanto, horror y repugnancia. En una asamblea de fantasmas como la que acabo de describir es de imaginar que una aparición ordinaria no hubiera provocado semejante conmoción. El desenfreno de aquella mascarada no tenía límites, pero la figura en cuestión lo ultrapasaba e iba incluso más allá de lo que el liberal criterio del príncipe toleraba. En el corazón de los más temerarios hay cuerdas que no pueden tocarse sin emoción. Aún el más relajado de los seres, para quien la vida y la muerte son igualmente un juego, sabe que hay cosas con las cuales no se puede jugar. Los concurrentes parecían sentir en lo más hondo que el traje y la apariencia del desconocido no revelaban ni ingenio ni decoro. Su figura, alta y flaca, estaba envuelta de la cabeza a los pies en una mortaja. La máscara que ocultaba el rostro se parecía de tal manera al semblante de un cadáver ya rígido, que el escrutinio más detallado se habría visto en dificultades para descubrir el engaño. Cierto, aquella frenética concurrencia podía tolerar, si no aprobar, semejante disfraz. Pero el enmascarado se había atrevido a asumir las apariencias de la Muerte Roja. Su mortaja estaba salpicada de sangre, y su amplia frente, así como el rostro, aparecían manchados por el horror escarlata.
Cuando los ojos del príncipe Próspero cayeron sobre la espectral imagen (que ahora, con un movimiento lento y solemne como para dar relieve a su papel, se paseaba entre los bailarines), convulsionóse en el primer momento con un estremecimiento de terror o de disgusto; pero inmediatamente su frente enrojeció de rabia.
-¿Quién se atreve -preguntó, con voz ronca, a los cortesanos que lo rodeaban-, quién se atreve a insultarnos con esta burla blasfematoria? ¡Apodérense de él y desenmascárenlo, para que sepamos a quién vamos a ahorcar al alba en las almenas!
Al pronunciar estas palabras, el príncipe Próspero se hallaba en el aposento del este, el aposento azul. Sus acentos resonaron alta y claramente en las siete estancias, pues el príncipe era hombre temerario y robusto, y la música acababa de cesar a una señal de su mano.
Con un grupo de pálidos cortesanos a su lado hallábase el príncipe en el aposento azul. Apenas hubo hablado, los presentes hicieron un movimiento en dirección al intruso, quien, en ese instante, se hallaba a su alcance y se acercaba al príncipe con paso sereno y cuidadoso. Mas la indecible aprensión que la insana apariencia de enmascarado había producido en los cortesanos impidió que nadie alzara la mano para detenerlo; y así, sin impedimentos, pasó éste a un metro del príncipe, y, mientras la vasta concurrencia retrocedía en un solo impulso hasta pegarse a las paredes, siguió andando ininterrumpidamente pero con el mismo y solemne paso que desde el principio lo había distinguido. Y de la cámara azul pasó la púrpura, de la púrpura a la verde, de la verde a la anaranjada, desde ésta a la blanca y de allí, a la violeta antes de que nadie se hubiera decidido a detenerlo. Mas entonces el príncipe Próspero, enloquecido por la ira y la vergüenza de su momentánea cobardía, se lanzó a la carrera a través de los seis aposentos, sin que nadie lo siguiera por el mortal terror que a todos paralizaba. Puñal en mano, acercóse impetuosamente hasta llegar a tres o cuatro pasos de la figura, que seguía alejándose, cuando ésta, al alcanzar el extremo del aposento de terciopelo, se volvió de golpe y enfrentó a su perseguidor. Oyóse un agudo grito, mientras el puñal caía resplandeciente sobre la negra alfombra, y el príncipe Próspero se desplomaba muerto. Poseídos por el terrible coraje de la desesperación, numerosas máscaras se lanzaron al aposento negro; pero, al apoderarse del desconocido, cuya alta figura permanecía erecta e inmóvil a la sombra del reloj de ébano, retrocedieron con inexpresable horror al descubrir que el sudario y la máscara cadavérica que con tanta rudeza habían aferrado no contenían ninguna figura tangible.
Y entonces reconocieron la presencia de la Muerte Roja. Había venido como un ladrón en la noche. Y uno por uno cayeron los convidados en las salas de orgía manchadas de sangre y cada uno murió en la desesperada actitud de su caida. Y la vida del reloj de ébano se apagó con la del último de aquellos alegres seres. Y las llamas de los trípodes expiraron. Y las tinieblas, y la corrupción, y la Muerte Roja lo dominaron todo.
Si quieres conocer más cuentos y narraciones sorprendentes visita http://zonaliteratura.com/ y ahí encontraras relatos para todos los gustos
29 sep 2012
La Cueva De Adulam
Publicado por Román martes, 1 de enero de 2008

La palabra Adulam significa "lugar de refugio", y en efecto, Dios libró a David y a un numeroso grupo de fugitivos que pudieron encontrar la tranquilidad que sólo Dios nos puede traer ante nuestras aflicciones.

En la cueva de Adulam Dios te preserva de tus enemigos. En la cueva de Adulam están los perseguidos, los oprimidos, los derrotados. Pero recuerda que la cueva no es para vivir por siempre, la cueva es temporaria, Dios la pone para preservarte, para librarte de tus enemigos, para progerte y recuerda que Dios te sacará de la cueva y que de la cueva se sale para recibir el Reino, para recibir la victoria. Los perseguidos se transforman en los valientes de David, en guerreros victoriosos cuando Dios los saca de la cueva.
La Arqueología Confirma La Biblia Nuevamente !
Publicado por Román lunes, 5 de abril de 2010

El Museo Británico da un paso hacia adelante en arqueología bíblica,De acuerdo al relato, el Dr. Michael Jursa, «Asiriólogo austríaco» confirmó la existencia del oficial babilónico mencionado en el Antiguo Testamento y conectado con el rey de Babilonia, Nabucodonosor, todo esto de acuerdo a la información descifrada recientemente.
El documento en arcilla proviene del año 10 del rey Nabucodonosor II (595 aC) y menciona al oficial, «Nebo-sarsequim»,quien, de acuerdo al capítulo 39 de Jeremías, estuvo presente en el sitio de Jerusalén en el 587 aC con el mismo Nabucodonosor.En el año 601 aC, el rey Nabucodonosor marchó hacia la frontera con Egipto donde los ejércitos de Babilonia y Egipto chocaron con grandes pérdidas para ambos. Por algunos años, las luchas entre Babilonia y Egipto continuaron y en el curso de aquellas campañas Jerusalén fue capturada (597 aC).Hallar una referencia cuneiforme acerca de alguien conectado con aquellos tiempos remarcables es raro, pero la evidencia proveniente de fuentes extra bíblicas sobre la existencia de una persona en particular mencionada en la Biblia –más allá de los reyes registrados en la historia– es increíblemente raro.La historia continúa, Nebo-sarsequim » es descrito en el libro de Jeremías como el jefe de eunucos. La traducción de la tabla babilónica de arcilla hecha por el Dr. Jursa da suficientes elementos para conocer la pronunciación exacta del nombre babilónico –algo así como «Nabu-sharrusu-ukin»– y corrobora el título de «Jefe de eunucos» en términos cuneiformes, confirmando sin lugar a dudas el relato bíblico sobre este personaje.
El Dr. Jursa, que es Profesor asociado en la Universidad de Viena, dijo: «Leeer tabletas babilónicas es a menudo una tarea que demanda mucho trabajo, pero también es muy gratificante: ¡hay tanta información que todavía puede ser descubierta!
»Pero descubrir algo como esta tabla, donde se lee sobre una persona mencionada en la Biblia y referida a un pago que se hizo al templo en Babilonia y dándonos la fecha exacta es realmente extraordinario.»
El Dr. Jursa ha estado estudiando la escritura cuneiforme en el Museo Británico desde 1991. Esta escritura es la forma de escritura más antigua conocida hasta ahora y fue comúnmente utilizada en el Medio oriente entre el año 3200 aC y el siglo segundo de nuestra era.
Hoy en día hay un pequeño número de eruditos que pueden leer escritura cuneiforme, que era creada utilizando un instrumento con forma de cuña sobre una superficie de arcilla. Es claro que el descubrimiento del Dr. Jursa da nuevos ímpetu al estudio de estas tabletas que todavía no han sido descifradas. Cada tabla es una ventana al pasado que permite observar de primera mano una cultura de más de 5.000 años de antigüedad.
Irving finkel, asistente del Departamento de Oriente Medio del Museo Británico agregó: «Las tablas cuneiformes pueden parecen todas igual, pero cada una es especial y a veces contienen un verdadero tesoro, como es el caso de la tabla descifrada por el Dr. Jursa. En esta tabla una simple transacción comercial se convierte en un testigo primario de un período muy particular de la historia del Antiguo Testamento. Es una tabla que se merece ser famosa.»
extractado de Boletin LaBibliaweb 31 3 10
»Pero descubrir algo como esta tabla, donde se lee sobre una persona mencionada en la Biblia y referida a un pago que se hizo al templo en Babilonia y dándonos la fecha exacta es realmente extraordinario.»
El Dr. Jursa ha estado estudiando la escritura cuneiforme en el Museo Británico desde 1991. Esta escritura es la forma de escritura más antigua conocida hasta ahora y fue comúnmente utilizada en el Medio oriente entre el año 3200 aC y el siglo segundo de nuestra era.
Hoy en día hay un pequeño número de eruditos que pueden leer escritura cuneiforme, que era creada utilizando un instrumento con forma de cuña sobre una superficie de arcilla. Es claro que el descubrimiento del Dr. Jursa da nuevos ímpetu al estudio de estas tabletas que todavía no han sido descifradas. Cada tabla es una ventana al pasado que permite observar de primera mano una cultura de más de 5.000 años de antigüedad.
Irving finkel, asistente del Departamento de Oriente Medio del Museo Británico agregó: «Las tablas cuneiformes pueden parecen todas igual, pero cada una es especial y a veces contienen un verdadero tesoro, como es el caso de la tabla descifrada por el Dr. Jursa. En esta tabla una simple transacción comercial se convierte en un testigo primario de un período muy particular de la historia del Antiguo Testamento. Es una tabla que se merece ser famosa.»
extractado de Boletin LaBibliaweb 31 3 10
26 sep 2012
El corazón delator
El corazón delator [Cuento. Texto completo]Edgar Allan Poe | |
|
31 ago 2012
Formato a la página web
Explicamos una serie de atributos que se aplican
de manera global a toda la página, como el color de fondo
el del texto, de los enlaces, márgenes, etc.
Las páginas HTML pueden
construirse con variedad de atributos que le pueden dar un aspecto a la página muy
personalizado. Podemos definir atributos como el color de fondo, el color del
texto o de los enlaces. Estos atributos se definen en la etiqueta <body>
y, como decíamos son generales a toda la página.
Lo mejor
para explicar su funcionamiento es verlos uno por uno.
Atributos para fondos
bgcolor:
especificamos un color de fondo para la página. En el capítulo
anterior y en el taller de los colores y HTMLhemos
aprendido a construir cualquier color, con su nombre o su valor RGB. El color
de fondo que podemos asignar con bgcolor es un color plano, es decir el mismo
para toda la superficie del navegador.
background: sirve
para indicar la colocación de una imagen como fondo de la página. La imagen se
coloca haciendo un mosaico, es decir, se repite muchas veces hasta ocupar todo
el espacio del fondo de la página. En capítulos más adelante veremos cómo se
insertan imágenes con HTML y los tipos de imágenes que se pueden utilizar.
Ejemplo de fondo
Vamos a colocar esta imagen
como fondo en la página.

La imagen se llama fondo.jpg y suponemos que se encuentra en el mismo directorio que la página. En este caso se colocaría la siguiente etiqueta <body>
<bodybackground="fondo.jpg">
Se puede
ver el efecto de colocar ese fondo en una página a parte.
Consejo: siempre
que coloquemos una imagen de fondo, debemos poner también un color de fondo
cercano al color de la imagen.
Esto se debe a que, al colocar una imagen de fondo, el texto de la
página debemos colocarlo en un color que contraste suficientemente con dicho
fondo. Si el visitante no puede ver el fondo por cualquier cuestión (Por
ejemplo tener deshabilitada la carga de imágenes) puede que el texto no
contraste lo suficiente con el color de fondo por defecto de la web.
Creo que lo mejor será poner un ejemplo. Si la imagen de fondo es
oscura, tendremos que poner un texto claro para que se pueda leer. Si el
visitante que accede a la página no ve la imagen de fondo, le saldrá el fondo
por defecto, que generalmente es blanco, de modo que al tener un texto con color
claro sobre un fondo blanco, nos pasará que no podremos leer el texto
convenientemente.
Ocurre parecido cuando se está cargando la página. Si todavía no
ha llegado a nuestro sistema la imagen de fondo, se verá el fondo que hayamos
seleccionado con bgcolor y es interesante que sea parecido al color de la
imagen para que se pueda leer el texto mientras se carga la imagen de fondo.
Color del texto
text: este
atributo sirve para asignar el color del texto de la página. Por defecto es el
negro.
Además
del color del texto, tenemos tres atributos para asignar el color de los
enlaces de la página. Ya debemos saber que los enlaces deben diferenciarse del
resto del texto de la página para que los usuarios puedan identificarlos
fácilmente. Para ello suelen aparecer subrayados y con un color más vivo que el
texto. Los tres atributos son los siguientes:
link: el
color de los enlaces que no han sido visitados. (por defecto es azul clarito)
vlink: el
color de los enlaces visitados. La "v" viene justamente de la palabra
visitada. Es el color que tendrán los enlaces que ya hemos visitado. Por
defecto su color es morado. Este color debería ser un poco menos vivo que el
color de los enlaces normales.
alink: es el
color de los enlaces activos. Un enlace está activo en el preciso instante que
se pulsa. A veces es difícil darse cuenta cuando un enlace está activo porque
en el momento en el que se activa es porque lo estamos pulsando y en ese caso
el navegador abandonará la página rápidamente y no podremos ver el enlace activo
más que por unos instantes mínimos.
Ejemplo de color del texto
Vamos a ver una página
donde el color de fondo sea negro, y los colores del texto y los enlaces sean
claros. Pondremos el color de texto blanco y los enlaces amarillos, más
resaltados los que no estén visitados y menos resaltados lo que ya están
visitados. Para ello escribiríamos la etiqueta body así:
<bodybgcolor="#000000"
text="#ffffff" link="#ffff33" alink="#ffffcc"
vlink="ffff00">
El efecto
se puede ver en una página a parte.
Márgenes
Con otros atributos de la
etiqueta <body> se pueden asignan espacios de margen en las páginas, lo
que es muy útil para eliminar los márgenes en blanco que aparecen a los lados,
arriba y debajo de la página. Estos atributos son distintos para Internet Explorer
y para Netscape Navigator, por lo que debemos utilizarlos todos si queremos que
todos los navegadores los interpreten perfectamente.
leftmargin: para
indicar el margen a los lados de la página. Válido para iexplorer.
topmargin: para
indicar el margen arriba y debajo de la página. Para iexplorer.
marginwidth: la
contrapartida de leftmargin para Netscape. (Margen a los lados)
marginheight: igual
que topmargin, pero para Netscape. (Margen arriba y abajo)
Tenemos
un artículo sobre la utilización de estos atributos para hacer diseños
avanzados con tablas en distintas definiciones de pantalla, que
puede ser interesante de leer.
Un
ejemplo de página sin margen es la propia página de DesarrolloWeb.com, que
estás visitando actualmente. (Por lo menos a la hora de escribir este artículo)
Además, vamos a ver otra página sin márgenes, por si alguien necesita ver el
ejemplo en estas líneas.
<body
topmargin=0 leftmargin=0 marginheight=0 marginwidth=0
bgcolor="ffffff">
<table width=100% bgcolor=ff6666><tr><td>
<h1>Hola amigos</h1>
<br>
<br>
Graciasporvisitarme!
</td></tr></table>
</body>
<table width=100% bgcolor=ff6666><tr><td>
<h1>Hola amigos</h1>
<br>
<br>
Graciasporvisitarme!
</td></tr></table>
</body>
Esta
página tiene el fondo blanco y dentro una tabla con el fondo rojo. En la página
podremos ver que la tabla ocupa el espacio en la página sin dejar sitio para
ningún tipo de margen.
Link para colores
Les dejo
este Link para que escojan los diferentes colores de fondo y texto y elijan el
que más les agrade para el diseño de su Página.
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